Más democracia. Más Justicia. Chile para todos

domingo, 10 de agosto de 2008

LO QUE SE OCULTA TRAS UN JARRO DE AGUA


Juan Luis Paredes

Un jarro de agua puede ser refrescante, pero delator, en el sentido de que pone en evidencia las profundas deformaciones que se escudan tras las bambalinas del poder. Sus administradores, padeciendo de la angustia natural de ser observados, admirados u odiados por amplias masas, actúan cada vez con menos racionalidad y más efectividad, porque el poder hay que cuidarlo y, en la medida de lo posible, mantenerlo.
Concordemos en algo. Un jarro de agua lanzado al cuerpo de una autoridad por un estudiante de 14 años es una falta de respeto. Pero eso. Una Falta, que como se sabe, no es un delito, ni un acto de terrorismo, ni un atentado en contra de la dignidad de nadie. Es, repito, sólo una falta, que bien merece un coscorrón.
Pero se han levantado voces lapidarias para lanzar a María Música a la hoguera, descuartizarla, o sumergirla en el pozo de la tortura.
Como soy desconfiado, se me ocurren cosas, respetando rigurosamente el principio de que la buena fe se presume y la mala hay que probarla.
Esto porque inicialmente, y me preocupe de revisar las palabras de la Ministra, señaló que no demandaría, pero horas después interponía el recurso.
¿Quiénes se movieron a velocidad política para ordenar a la maestra cambiar su decisión?
Lo primero que salta a la vista es que desde el Ejecutivo se intenta dar una lección al movimiento estudiantil, desprestigiarlo, hacerlo retroceder, impedir que continúe como la fuerza social emergente que, además, es multiplicativa, en el sentido de que en su rededor se acumulan fuerzas imposibles de controlar o dimensionar.
Lo segundo, que parece más claro aún, es que se pretende impedir que “estas cosas vuelvan a suceder”, porque no resulta cómodo andar por ahí con un par de tenidas dado que en cada acto la autoridad de turno terminaría con un baño gratuito. Imagino a la policía controlando, no molotov ni piedras, palos o lunchacos sino jarros de agua.
Lo tercero es una yapa, un bonus, y tiene que ver con la distracción. Que no dura mucho, pero algo es algo. Porque imagínense con este modelito económico perfecto en que nuestros doctores creen saberlo todo, se les escapo la inflación, la masa monetaria, el desempleo, el interés, y no aparece el gurú capaz de resolver el tema.
Si (y sólo si) aceptamos que la sociedad se mueve mediante un conjunto de hechos encadenados entre si, debemos convenir en que existen elementos que seguirán explotando en la cara o en la vestimenta del poder.
No existen formas, mecanismos, organización o canales de participación ciudadana. Hace muchos años que no se observaba tanta displicencia ciudadana. Los que saben contar descubrieron que casi la mitad de los ciudadanos no participa, no interviene o simplemente rechaza su participación en el proceso electoral.
Y esto a nadie le interesa.
Nuestro bienamado país es uno de los pocos en el planeta en que los ciudadanos no pueden, aún cuando junten millones de firmas, participar en la elaboración de una ley. Chile Califica reconoce la existencia de cinco millones de adultos que no ha terminado la enseñanza media y que, por lo tanto, no puede postular a ningún cargo de elección, pero nuestra democracia se sigue llamando “representativa”.
Y esto nos parece lo más natural.
Finalmente, nuestras autoridades morales hace mucho que están clamando por una rectificación de este modelo ultra competitivo que otorga amplias facultades para despedazar al contrario, sea quien sea, generando una agresividad permanente que se observa en el conjunto de la sociedad y especialmente en los jóvenes.
¿Y se alarman por un poco de agua?
Mención especial merecen los queridos profes del Darío Salas, los que lapidaron a la niña y los que no tuvieron la fuerza de impedirlo. Los que lanzaron la primera piedra y los que no tuvieron la piedad de Cristo para contener la orden que les llegó por teléfono desde la Casa de Gobierno. Los que se deshacen de la niña y aquellos que en silencio pensaron que parte de la responsabilidad en el comportamiento es de ellos como educadores.
dibujo: Iván

No hay comentarios:

.

Text-Ads

Feeds