Más democracia. Más Justicia. Chile para todos

sábado, 17 de enero de 2009

La sombra de Arrate pena en el socialismo

La comentarista de El Mercurio Blanca Arthur afirma hoy que "La posibilidad de que una de sus figuras históricas compita con Frei con las banderas de la izquierda enreda a la cúpula PS al punto que han intentado impedir que el PC lo respalde."

BLANCA ARTHUR
Camilo Escalona no esbozó siquiera un comentario. El presidente del PS prefirió abocarse de lleno a preparar la proclamación de su partido a la candidatura del abanderado DC, Eduardo Frei, para que ésta fuera sin el menor contratiempo.
Como reconoció él mismo, los socialistas quedaron en una situación delicada cuando la declinación de José Miguel Insulza los dejó sin candidato propio.
Pero aun cuando el respaldo a Frei concitó el respaldo de toda la dirigencia, su nominación como el abanderado oficial del socialismo coincidió con la renuncia de uno de sus más emblemáticos dirigentes, como Jorge Arrate, con el fin de intentar ser el candidato de toda la izquierda no oficialista.
Es cierto que para la actual conducción del PS era prácticamente imposible aceptar la propuesta del antiguo líder partidario, quien no pretendía pelear una postulación del partido para representar a la Concertación, sino encabezar una candidatura que, desde el socialismo, reagrupara a todas las fuerzas de izquierda, incluidos a los comunistas.
Tal como él mismo lo auguraba, su no planteamiento no encontró acogida. Para los socialistas, ésta implicaba un quiebre de la Concertación, algo a lo que no estaban dispuestos.
Fue entonces, en momentos en que el PS se preparaba para proclamar a Frei, cuando Arrate consumó su plan de renunciar a su militancia de casi medio siglo, decidido a jugar su propia apuesta.Frente al impacto que la situación produjo en el PS, Escalona optó por guardar silencio. Pero no por eso, ni él ni quienes están al mando de la conducción partidaria ignoran que el distanciamiento de una de sus figuras históricas para liderar un proceso de rearticulación de toda la izquierda puede complicar seriamente al socialismo.
Como admiten que se trata de uno de los dirigentes más respetados, que no sólo encabezó el proceso de renovación, sino unificó al partido, no desconocen que si cumple su propósito de transformarse en el abanderado de la izquierda no oficialista podría afectar no sólo la integridad del PS, sino convertirse en una amenaza electoral para el mismo partido, e incluso para las pretensiones presidenciales de la Concertación.
Cartas ganadoras
Compleja, aunque audaz, la apuesta de Arrate se sustenta básicamente en el desgaste que percibe en la coalición de gobierno la que, desde su perspectiva, hace tiempo que dejó de representar los intereses o ideales de la izquierda, lo que se traduce en el creciente aumento de desencantados que expresan su frustración no participando en los procesos electorales.Es precisamente su capacidad de atraer a ese segmento uno de los factores que cree que podría jugar en su favor para ganar su nominación en la izquierda extraparlamentaria.
Con grandes expectativas, Arrate aterriza en la contienda que deberá dirimir el candidato entre el presidente del PC, Guillermo Teillier; el senador ex PS y líder del MAS, Alejandro Navarro, y el representante del Partido Humanista, Tomás Hirsch, donde su principal fortaleza es que, como ningún otro, tiene capacidad de penetrar en el electorado de la Concertación.
En esa línea, su confianza no radica en el éxodo de otros dirigentes para sumarse a su opción, sino en que parte de ese electorado socialista, que promedia el medio millón, pudiera inclinarse hacia él en lugar de Frei, lo que no ocurriría con cualquiera de los otros postulantes.
Como uno de los principales líderes de la renovación socialista, además de responsable de su unificación cuando presidió el partido hace 20 años, Arrate exhibe como otra carta de triunfo el haber ocupado importantes cargos en los tres anteriores gobiernos, lo que considera que le daría autoridad para representar a quienes perdieron la fe en la actual coalición.
Frente a tales argumentos en beneficio de su nominación, al que se agrega su reconocida cercanía con Allende, el único que podría alegar también un pasado socialista es el senador Navarro, aunque las fortalezas de su candidatura más que en el PS están en un respaldo más inorgánico, especialmente de jóvenes, lo que conspira contra un esquema estructurado como el que define a los comunistas.
Decisión PC
Un hecho irrefutable es que la nominación del candidato de la izquierda depende básicamente de la decisión que adopte el PC, por lo que las posibilidades de que Arrate cumpla su propósito están supeditadas a si consigue o no el respaldo de los comunistas.Él mismo se encargó de desmentir que existiera un pacto con dicha colectividad antes de renunciar al PS, lo que no implica que no sea el que más les atrae.El problema que podría jugar en contra de dicha candidatura es que ella sea un obstáculo para el acuerdo parlamentario con la Concertación, que para el PC es absolutamente prioritario, porque les permitiría acceder finalmente al Congreso.
Una posibilidad que se sustenta en las advertencias de la actual cúpula del PS de que si los comunistas respaldan a un candidato proveniente del socialismo como Arrate, se corre el riesgo de que el pacto no se concrete.
La amenaza -que nadie reconoce abiertamente- es un factor que está presente en los análisis de la izquierda, aun cuando prima la tesis de que en las actuales circunstancias el PC tiene el control de la situación.Tal como lo han sugerido los máximos dirigentes del comunismo, el acuerdo parlamentario corresponde al compromiso adquirido con ellos para que llamaran a votar por Bachelet en la segunda vuelta en 2006, por lo que si no lo cumplen, su disposición es llamar a votar en blanco o nulo si nuevamente se va al balotaje.Con esta notificación, sumada a que si no existe pacto llevarían candidatos a parlamentarios en todo el país con el consiguiente daño para la Concertación, en la propia izquierda apuntan a que se reduce la capacidad de maniobra al PS para impedir la candidatura de Arrate como representante del Juntos Podemos.
De esta manera, la decisión quedará sujeta a lo que sin presiones decida fundamentalmente la dirigencia comunista, para la cual la tentación de que un socialista emblema de la renovación y la unificación los represente, podría imponerse por la sola fuerza que ello les daría para sus propósitos de salir de la marginalidad, aun cuando ello enmudezca a Escalona.

No hay comentarios:

.

Text-Ads

Feeds